La Federación Salud Mental Región de Murcia reclama, en el marco del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, el respeto por los derechos humanos, la dignidad y el respeto de las personas que están dentro del colectivo, así como los recursos de atención y educación inclusiva como herramienta básica contra la LGTBIQfobia.
Como parte del movimiento asociativo de la Salud Mental en todo el país y parte de la Confederación Salud Mental España, la Región de Murcia participa en la campaña nacional bajo el hashtag #SaludMentalLGTBIQ+, que pretende sensibilizar sobre el impacto de la discriminación en la salud mental de las personas.
El 61% de las personas LGTBIQ+ considera que los discursos de odio y la violencia recibidos han empeorado, según un estudio de la Federación Estatal FELGTBI+, que estima que en los últimos cinco años el 29% ha sufrido acoso, el 27%, discriminación y el 9%, agresiones. Además, según datos del Ministerio del Interior, uno de cada cuatro delitos de odio en España fue por motivos de orientación sexual e identidad de género, siendo esta la segunda causa de odio.
El grupo que manifiesta haber sufrido más acoso es el que va de los 25 a los 34 años, con un 38,7%, seguido de la franja de 18 a 24 años, con un 32,4%. Por este motivo es más relevante luchar contra el estigma con especial foco en las personas más jóvenes.
La socialización durante la infancia y la adolescencia, sostenida en la educación familiar, representa un papel primordial en el cultivo de la tolerancia a lo diverso, remarcan desde la Confederación Salud Mental España. Del mismo modo, la escuela es un contexto relevante para realizar actividades de sensibilización que pongan el foco en colectivos vulnerables, fomentando la tolerancia.
Por eso es necesario formar a los equipos profesionales que atienden a estas personas para promover, en la medida de lo posible, un trato integral libre de estigmas y si sesgos. Es importante establecer que el prejuicio sobre la identidad de género y orientación sexual está socialmente enraizado. Esto propicia otras vivencias que generan un gran malestar psicológico, como son la expectativa de rechazo, la ocultación de la orientación sexual, la interiorización del estigma o el menor apoyo social percibido.
La dinámica estigma-discriminación lastima la libertad de las personas; inhibe su desarrollo pleno; daña su autoestima; propicia, según el caso, abuso de sustancias y cuadros de ansiedad y depresión, y aumenta la posibilidad de tener ideas suicidas. Esto tiene a las personas más jóvenes identificadas con el colectivo LGTBIQ+, en pleno desarrollo vital, como principales protagonistas.
La campaña #SaludMentalLGTBIQ+ cuenta con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, y se difunde con el fin de incidir en la necesidad de educar en la diversidad desde la empatía, y tomando como máximo referente el respeto por los derechos humanos.
Mediante la producción de un vídeo testimonial, se visibiliza la LGTBIQfobia en caras y nombres, perfiles diversos -algunos de ellos pertenecientes al movimiento asociativo- de personas identificadas con el colectivo LGTBIQ+.
Han participado el actor Damián Alcolea; el ilustrador Antonio Lorente; el coreógrafo Darío Sáez; la referente de AFPEM Horta Sud, Laura Sepúlveda; el manager Martín Tabares; y el referente de AFPEM Horta Sud, Miguel Ángel Verdugo.
A través de sus voces, se exploran los interrogantes que apuntan a conocer si se ha vivido alguna experiencia de rechazo o acoso por discriminación asociada a la identificación con el colectivo LGTBIQ+; una reflexión sobre el impacto que tiene esta discriminación en la salud mental de las personas, y un mensaje reivindicativo dirigido a quienes propician estas actitudes.